No todo es de color rosa.
Hola mis lectores, aquí estoy otra vez. Hoy vengo a hablaros del fracaso y del miedo que este conlleva. ¿Por qué he decidido hablaros de esto? Pues porque hace tres días, Tamara Gorro publicó un video hablando de este que me gustó mucho y me motivó a hacerlo.
Las personas le tenemos miedo a un fracaso que no es real, tenemos miedo a caer, a que las cosas no salgan como esperamos. Como dice Tamara en su video, se tacha de fracasado, y, por tanto, se siente fracasado/fracasada aquellas personas que no pueden tener hijos, que se han divorciado, que les ha ido mal un negocio, que no han podido sacarse la carrera, que se la han sacado y no han podido trabajar de ellos... En definitiva, por mil razones, que, normalmente, no sale como se espera y esque, nadie conoce el futuro, solo lo idealizamos.
Comentemos esta imagen. Para mi el fracaso es no querer hacerlo, el no querer salir adelante con una idea que te hace ilusión solo porque tengas miedo. Las personas destinadas al fracaso son las que ponen excusas para no hacer tal cosa, porque las que buscan resultados y salen hacia delante con sus planes, esas son las exitosas. Los resultados pueden ser buenos o malos, no importa, pero ahí está el intento, el éxito.
Nunca sabemos lo que nos depara la vida, por tanto, no debemos malgastarla. Hoy estamos y mañana no, hoy nos va bien la empresa y mañana no, hoy hay amor pero mañana puede acabar. Tenemos que disfrutar de la vida en el aquí y ahora, sabiendo que no existe mayor fracaso que el de no arriesgar.
Si te apetece besar, hazlo, si te apetece abrazar, hazlo, ¿has empezado una carrera? sigue hacia delante, inténtalo, si no te gusta busca soluciones, pero jamás busques el rendirte.
Hasta aquí mi reflexión de hoy, espero haberos trasmitido lo que quería transmitiros. Espero que sigáis mis consejos, recordad: "no hay mayor fracaso que el de no arriesgar". La vida no siempre es de color rosa, tienen que venir tiempos malos para que lleguen los buenos. Hay que vivir el hoy, con recuerdos del ayer y las esperanzas del mañana, sin más preocupación que el propio momento.